Nos encontramos en una sociedad que ha perdido los valores por los que luchaban, que ha sido
derrotada en la batalla contra el egoísmo y la avaricia. Este tipo de sociedad
que yo desconocía, se rige por el poder, por el ansia y la sed de dominación
sobre los demás. El dinero, es el principal culpable, ya que ejerce un tipo de
atracción inevitable sobre los hombres que les lleva hasta su propia perdición,
arrastrando a los inocentes consigo.
Los ideales por los que se brindaba antaño, han
desaparecido, y con ello, las esperanzas de una humanidad que apostaba por el
desarrollo y un futuro mejor para todos, en vez de para unos pocos como sucede
hoy en día. El ejemplo que nos ofrece la colectividad a los más jóvenes, es una
ética nublada por valores orientados al individualismo. No importa a quién
tengamos que pisar por el camino para llegar a nuestra meta, debido a que nos promueve una ambición tan
grande y fuerte que crea una gruesa venda en los ojos que ciega la moral. La
vida se ha convertido de la noche a la mañana en una escuela de negocios. Cada
uno busca su propio beneficio sin pensar antes las consecuencias que pueden
acarrear dicho actos.
Niños que, durante su educación, soñaban con ser algún día
astronautas, bomberos o médicos; ahora, quieren ser funcionarios. Firmemente
creo que hemos vendido nuestros sueños a cambio de lo que creíamos correcto. Y
vaya chasco nos hemos llevado. Depositamos nuestra confianza en una persona que
hablaba muy bien, que tenía talante, que nos engatusaba con sus palabras y
promesas. Sí damas y caballeros, hemos puesto nuestro sueño en venta por un
voto. Invertimos nuestros anhelos en
algo que no nos ha correspondido. Ahora, esa persona que colocamos en el poder,
se ríe de nosotros, rompe sus promesas y nos somete a su voluntad tal sumiso.
Debemos unirnos, luchar por lo justo, por nuestros derechos,
por la integridad, por la educación, por un trabajo y una vivienda digna... ¿Es
que no os dais cuenta? Somos el pueblo, vivimos en una democracia que debe
hacer frente al poder. Juntos podemos hacer cualquier cosa si nos lo
proponemos.
Al crear un tipo de entidad que controlase las acciones del
gobierno, sabríamos que es lo que falla. Y a partir de ahí, empezar a trabajar
solucionando y tratando los problemas
uno a uno. Finalmente, cuando hayamos solventado todas las cuestiones,
entonces, solo entonces, habremos recuperado una sociedad segura y
transparente.
Tras esta reflexión, me gustaría terminar con una frase que
llenó a todo un país de esperanzas y sueños un 28 de agosto de 1963 en el Capitolio de
Estados Unidos. Martin Luther King, un hombre que luchó por lo que creía justo
por derecho, y por los afroamericanos.
Ante esto, solo me queda decir, I have a dream.
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