Caí al suelo, me sentía desolada, sola. Estaba
tumbada boca arriba, observando las estrellas por última vez. Por un momento
perdí la esperanza, quería perecer allí mismo. Mi aventura había llegado a su
fin. Una pequeña estrella fugaz atravesó el firmamento, seguí su
trayectoria con la mirada, y... Pude divisar un fuego a lo lejos, y
pensé que por fin, la suerte estaba de mi lado. Aunque recordé que no me debía
dejar llevar, ya que podría ser otro espejismo. El fuego pareció ser un de un
campamento con jaimas, esta vez parecía real. Una vez allí, encontré el
campamento solo, no había nadie cuidando del fuego. Me senté para poder entrar
en calor. Por un momento alcé la cabeza para dar gracias al cielo, y noté que
todas las estrellas habían desparecido. Una fría brisa empezaba a soplar, cada
vez con más fuerza. El fuego terminó por apagarse, por un momento pensé que iba
a salir volando. De repente, todo quedó en calma, el aire paró de soplar. El
fuego, resurgió. Noté que tenía que salir de allí. Detrás de las llamas pude
distinguir unos grandes ojos rojos, me observaban. A mí alrededor
surgieron cientos y cientos de ojos que me miraban, me acosaban. Sentía como
poco a poco iban devorando mi ser, me retorcía de dolor. Todos los buenos
recuerdos que me quedaban, comenzaron a desparecer... Empezaron a brotar en mí
los peores sentimientos, odio, egoísmo, rencor, antipatía, envidia. El dolor
desapareció, y pude erguirme. Me había convertido en una espesa bruma negra de
maldad. El viento volvió a hacer presencia, y poco a poco me fui desvaneciendo.
viernes, 18 de enero de 2013
domingo, 13 de enero de 2013
Tercera noche I
Está noche he soñado que no tenía a nadie , que andaba solitaria cual perro abandonado en verano. Me sentía totalmente en soledad, no por la falta de amigos, sino por el simple hecho de no verle sentido a nada, ni a la vida misma.
Caminaba por el desierto en plena noche, intentando buscar un refugio dónde cobijarme del frío. Tenía la esperanza de poder volver a casa, de ver a mi familia, de abrazarlos. Pero la realidad era dura. A lo lejos ví lo que parecía ser un coche de rescate, un atisbo de felicidad y alivio recorrió mi ser. Comenzaron a salir cuatro figuras oscuras del vehículo, no las distinguía muy bien de lejos. Una de ellas estaba gritando mi nombre, pero su voz no me era familiar. De repente, apareció un quinto pasajero del vehículo, era mi madre. Empecé a correr, correr y correr. Pero ella estaba cada vez más lejos. Nos separaban cientos de metros, una distancia imposible de atajar. Una fina brisa de arena apareció como de la nada, y se llevó lo que había sido un producto de mi imaginación, un espejismo. Caí al suelo, me sentía desolada, sola. Estaba tumbada boca arriba, observando las estrellas por última vez. Por un momento perdí la esperanza, quería perecer allí mismo. Mi aventura había llegado a su fin. Una pequeña estrella fugaz atravesó el firmamento, seguí su trayectoria con la mirada, y...
sábado, 12 de enero de 2013
Segunda noche II
Llevaban cubos, botellas, y pistolas llenas de agua. ¡SÁLVESE QUIÉN PUEDA! Empezamos todas a correr como si la vida nos llevara en ello, pillaron a varias, las demás seguimos corriendo. Encontré un sitio donde esconderme, la verdad es que al final me escabullí bien, porque fui la única a la que no pillaron. Pero notaba que no estaba allí sola, me dí la vuelta, y allí estaba él. Nos quedamos inmóviles durante unos segundos. Observé que llevaba una pistola en su mano derecha. Sonreí, e inmediatamente empecé a correr. Él me pisaba los talones. Nunca había corrido con tan pocas ganas. Quería que me atrapase. Hasta que hubo un momento en el que me alcanzó, ambos caímos al suelo, cayó encima de mí, y volvimos a sonreír. Las miradas eran profundas, como si pudiese ver mi alma a través de los ojos, intentando descifrar mis intenciones. Nos rodeaba un aura de emociones, sentimientos, un momento nuestro, único. Comenzó a acercarse más y más hacía mí, estábamos a 5 centímetros uno del otro. Sentía su respiraciones, el latir de su corazón a un ritmo acelerado. Seguía acercándose, hasta que pegó sus labios a los míos. Por un instante quedé desconcertada. Pero cerré los ojos, y disfrute del momento. Miles de pensamientos empezaron a brotar en mi cabeza. No quería que este momento terminase por nada del mundo. Perdimos la noción del tiempo, no nos importaba el lugar ni la situación. Había esperado tanto por esto, que ya nada podía compararse. Las cosas por fin, habían tornado. Abrimos los ojos, y no necesitamos palabras para explicar lo sucedido. Nos levantamos, y nos dirigimos hacia los demás en silencio.
viernes, 11 de enero de 2013
La vida misma
A lo largo de nuestra vida, nos cruzamos con cientos de personas, miles. El problema es que nunca conoceremos
a más de la mitad de esas personas, pero la otra mitad, forman parte de nuestra vida, de nuestro día a día.
Unas, estarán ahí para apoyarte, otras para ayudarte a levantar, e incluso para
evitar que caigas. Yo particularmente no creo mucho en el destino pero, ¿creéis
que estamos predestinados a conocernos? Me explico, ese amigo que das gracias a
la vida por haberle conocido, ¿crees que está ahí por casualidad? ¿Os podéis
imaginar una tarde sin esa persona, sin sus comentarios, sin esos pequeños detalles que le hacen único,
o sus vacilaciones? Sinceramente, pienso que no sería lo mismo, las tardes no tendrían
el mismo sentido; pero no las echaríamos
en falta, ya que nunca las hemos echado de menos.
Tras esta pequeña reflexión me planteo muchas cosas. Pero
todas llegan al mismo cauce de conclusión,
agarra lo que tengas y no lo sueltes por nada del mundo. Porque nunca sabes lo que podría haber pasado
si…
Sonríe, yo existo y soy tu amiga.
martes, 8 de enero de 2013
Segunda noche I
Siento comunicaros que esta noche no he podido soñar, he tenido preocupaciones por exámenes y el nerviosismo no me ha dejado dormir bien. Pero aquí no ha pasado nada, tengo muchos que contar. Uno de los muchos sueños agradables que he tenido, porque no todos son así, aparecía otra vez él. Se ha vuelto a colar. En el último post, os conté que saqué la valentía de decir lo que sentía. Pues bien, este sueño volvía a suceder en el mismo sitio, en el campo de entrenamiento.
lunes, 7 de enero de 2013
Primera noche II
Me llené de coraje, y dejé que el corazón, hablase por mí. Le dije que ya iba siendo hora de que fuese sincera con él, se quedó expectante, como si la vida le fuera a dar un mazazo del que no sé podría recuperar. Respiré, y admití que no me había fijado en él hasta que me saludó por primera vez. Que todos estos días en los que hemos hablado me había regalado un pedacito de él que me encantaba.Habíamos compartido tantas cosas que ya era inevitable olvidarme de él.¡Me gustas tanto que me duele, pero me dolería aún más si te perdiera!
Se quedó frío, helado, sin palabras, musitaba cosas sin sentido.En ese momento me sentí aliviada, como si me hubiera quitado un gran peso de encima y un remordimiento de conciencia, pero a la vez, consternada por su reacción. Me levanté del suelo, respiré, y me dispuse a ir hacia el campo de entrenamientO mientras él seguía ahí, en el suelo.¡¡¡ESPERA!!!-Dijo. Me quedé de piedra, no sabía como podía habérselo tomado. Me dí la vuelta, cuando quise darme cuenta ya estaba de pie, a mi lado. Comenzó a hablar con voz temblorosa. Confesó que hubo una temporada en la que el sentimiento era el mismo. Pero no quería romper la amistad que hay entre nosotros.Sentí que en ese momento el mundo se derrumbaba a mi alrededor. ¿Cómo he podido ser tan egoísta? He puesto nuestra amistad en peligro. Él había sopesado primero las consecuencias.Hubo un momento en el que quería romper a llorar. Pero un pensamiento fugaz en mi cabeza me abrió los ojos. No significa que no me quiera, significa que no me quiere perder.Finalmente comprendí,que seguía siendo un te quiero, pero de manera distinta.
Se quedó frío, helado, sin palabras, musitaba cosas sin sentido.En ese momento me sentí aliviada, como si me hubiera quitado un gran peso de encima y un remordimiento de conciencia, pero a la vez, consternada por su reacción. Me levanté del suelo, respiré, y me dispuse a ir hacia el campo de entrenamientO mientras él seguía ahí, en el suelo.¡¡¡ESPERA!!!-Dijo. Me quedé de piedra, no sabía como podía habérselo tomado. Me dí la vuelta, cuando quise darme cuenta ya estaba de pie, a mi lado. Comenzó a hablar con voz temblorosa. Confesó que hubo una temporada en la que el sentimiento era el mismo. Pero no quería romper la amistad que hay entre nosotros.Sentí que en ese momento el mundo se derrumbaba a mi alrededor. ¿Cómo he podido ser tan egoísta? He puesto nuestra amistad en peligro. Él había sopesado primero las consecuencias.Hubo un momento en el que quería romper a llorar. Pero un pensamiento fugaz en mi cabeza me abrió los ojos. No significa que no me quiera, significa que no me quiere perder.Finalmente comprendí,que seguía siendo un te quiero, pero de manera distinta.
domingo, 6 de enero de 2013
Primera noche I
En la primera publicación os conté que había soñado con él, sí, esa persona a la que todos tenemos en mente, y que nuestro mundo no giraría si no fuese por ella. ¿Cómo le podríamos llamar? ¿Señor X? Está muy visto, ¿qué os parece "mister proper"? Nosé, tampoco me convence. A mí parecer antes de ponerle un nombre creo que debería realizaros una pequeña descripción. Para mí es una persona muy cercana, compartimos gustos y hobbies. Es como si le pudiera contar cualquier cosa, todo, excepto que me gusta. No es el típico chico rompe corazones, rubio, de ojos azules, y de metro noventa que cada vez que pasa te quedas con torticulis, no. Es un chico normal y corriente sin aspiraciones de grandeza. Pero la verdadera razón de la que estoy totalmente prendada de él, es porque tiene un gran corazón.
Aún no sé que apodo ponerle, porque su nombre real no me atrevo a escribir, por lo que acepto sugerencias de mis queridos lectores.
Para situaros un poco, nos conocímos hace un año, él se apuntó al mismo club deportivo que yo. Aunque para seros sincera no sabía ni que existía, hasta que un día, en un partido, me saludo con toda la alegría del mundo sin conocerme. Y por supuesto le correspondí con otro saludo con la misma energía. Esa misma noche me agregó al tuenti. Empezamos a hablar, hablar y hablar hasta hoy. La verdad, es que no le hubiera conocido si no hubiese sido por mis dos mejores amigos, que insistieron en quedar ese día, a esa hora, en ese lugar. Deberían tener un lugar importante en este pequeño diario, les llamaré perretes. Os preguntaréis por qué ese pseudónimo, pero ya lo descubriréis más adelante.
Bueno, creo deberíamos empezar el primer sueño que abre este diario...
Estaba en el patio al cuál pertenece al club, preparándome para entrenar después de un tiempo de retirada debido a problemas de lesión. Salude a mis compañeros, los echaba de menos. Me costó muchísimo dejar el deporte que más me gusta, pero sobre todo, abandonar la comunidad de gente de la cuál he formado parte durante más de diez años de mi vida. Entre esa gente se encontraba él, nuestras miradas se cruzaron, y como si de un haz de luz se tratara, ambos, esbozamos una sonrisa.
Me senté en el suelo para cambiarme el calzado, se acercó a mí, se sentó a mi lado, y empezamos a hablar. Mientras fluía la conversación, en mi cabeza rondaban una docena de pensamientos. -¿Que debía hacer?¿Se lo digo? ¿Y si siente lo mismo? ¿Y si me rechaza? No quiero que nuestra amistad terminase por un simple encaprichamiento mío. Sentía la necesidad de gritar a los cuatro vientos lo que sentía por él -Me llené de coraje, y dejé que el corazón, hablase por mí. Le dije que ya iba siendo hora de que fuese sincera con él, se quedó expectante, como si la vida le fuera a dar un mazazo del que no sé podría recuperar. Respiré, y admití que...
Aún no sé que apodo ponerle, porque su nombre real no me atrevo a escribir, por lo que acepto sugerencias de mis queridos lectores.
Para situaros un poco, nos conocímos hace un año, él se apuntó al mismo club deportivo que yo. Aunque para seros sincera no sabía ni que existía, hasta que un día, en un partido, me saludo con toda la alegría del mundo sin conocerme. Y por supuesto le correspondí con otro saludo con la misma energía. Esa misma noche me agregó al tuenti. Empezamos a hablar, hablar y hablar hasta hoy. La verdad, es que no le hubiera conocido si no hubiese sido por mis dos mejores amigos, que insistieron en quedar ese día, a esa hora, en ese lugar. Deberían tener un lugar importante en este pequeño diario, les llamaré perretes. Os preguntaréis por qué ese pseudónimo, pero ya lo descubriréis más adelante.
Bueno, creo deberíamos empezar el primer sueño que abre este diario...
Estaba en el patio al cuál pertenece al club, preparándome para entrenar después de un tiempo de retirada debido a problemas de lesión. Salude a mis compañeros, los echaba de menos. Me costó muchísimo dejar el deporte que más me gusta, pero sobre todo, abandonar la comunidad de gente de la cuál he formado parte durante más de diez años de mi vida. Entre esa gente se encontraba él, nuestras miradas se cruzaron, y como si de un haz de luz se tratara, ambos, esbozamos una sonrisa.
Me senté en el suelo para cambiarme el calzado, se acercó a mí, se sentó a mi lado, y empezamos a hablar. Mientras fluía la conversación, en mi cabeza rondaban una docena de pensamientos. -¿Que debía hacer?¿Se lo digo? ¿Y si siente lo mismo? ¿Y si me rechaza? No quiero que nuestra amistad terminase por un simple encaprichamiento mío. Sentía la necesidad de gritar a los cuatro vientos lo que sentía por él -Me llené de coraje, y dejé que el corazón, hablase por mí. Le dije que ya iba siendo hora de que fuese sincera con él, se quedó expectante, como si la vida le fuera a dar un mazazo del que no sé podría recuperar. Respiré, y admití que...
sábado, 5 de enero de 2013
Primeras impresiones
Ante todo un saludo a mis lectores, me llamo Rosa, y soy sonámbula. ¿Creéis que es una buena forma de presentarme, o es ir demasiado rápido ? Soy una persona directa, y no me gusta andarme con rodeos, por lo que esta soy yo. Mi nombre es Rosa María , tengo 19 años, y estoy cursando estudios universitarios de periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos. Y como ya he dicho anteriormente, soy sonámbula.
Antes de que os imaginéis a un sonámbulo en plan película de terror, siento desilusionaros, no voy con los brazos levantados, ni me golpeo con puertas, ni me reviento los dedos de los pies con esquinas. Por la simple razón de que voy con los ojos abiertos, y conozco mi casa. He creado este blog porque siento la necesidad de expresarme, de que me conozcáis, de vez en cuando revelaré todos mis sueños, incluso los más privados.
Os adelanto que esta noche he soñado con él, sí, con él...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)